Andrés de Vandelvira, inspirándose en la tradición de Vitrubio, dotó a al nuevo edificio de la Catedral de Jaén de “utilitas” (utilidad), ideando una serie de galerías altas, ubicadas sobre las capillas laterales, para albergar distintas dependencias del Cabildo: la escuela de gramática, la contaduría, y el archivo, entre otras.
En las galerías altas de la catedral está ubicado el Archivo Histórico Diocesano, que cuenta con unos 1500 metros lineales de estanterías. Conserva documentos desde el siglo XIII, y la colección de libros corales de la catedral, cuyo número asciende a 76, y que contienen bellísimas miniaturas, como la Anunciación, obra de Juan de Cáceres, del primer tercio del siglo XVI.
Dentro de la promoción cultural y del patrimonio histórico-artístico de la Santa Iglesia Catedral y de la Fundación Caja Rural de Jaén, se incluye la adaptación museográfica en el espacio “Deán Martínez de Mazas”, compuesto por las salas Andrés de Vandelvira, Juan de Aranda Salazar, Eufrasio López de Rojas y Fray Diego José de Cádiz.
En la adaptación se ha primado mantener la limpieza visual de los paramentos. Este sistema nos permite un diálogo entre la obra y el espacio de un alto valor estético. Los vanos o huecos se han tapado con panel tipo japonés en la logia y de tipo estor en la galería o sala Juan de Aranda Salazar, con controles UVA para la protección y conservación de las obras a exponer.
Con respecto a la iluminación se ha modificado la instalación eléctrica y para la iluminación de las salas se han elegido focos con potenciómetros que nos regula la intensidad de la luz en lux, y así queda adaptada para la exposición de colecciones de papel, planos, dibujos, documentos, etc. que precisan una iluminación limitada en intensidad y cantidad lumínica
Cierra este proyecto la señalética con las nuevas denominaciones del espacio Deán “Martínez de Mazas” y las salas Andrés de Vandelvira, Juan de Aranda Salazar, Eufrasio López de Rojas y Fray Diego José de Cádiz, todos ellos nombres vinculados a nuestra S.I. Catedral. Los tres primeros arquitectos de nuestra Catedral y el último predicador capuchino del siglo XVIII que en sus visitas a Jaén, se alojaba en unas dependencias ubicadas precisamente en la sala que hoy lleva su nombre.