EL MONUMENTO

Capilla de Santiago el Mayor

OBRAS DESTACADAS

Santiago Matamoros en la Batalla de Clavijo
Francisco Agustín, ca. 1790.

Primitivamente esta capilla estuvo dedicada a San Sebastián. Se trata de una de las más importantes por su ubicación en la cabecera, junto a la capilla mayor, y por ser el paso para la Sala Capitular. La portada renacentista del capítulo se abre en el lateral derecho y está presidida por la antigua talla de San Pedro de Osma.

La devoción a Santiago llegaría a esta capilla en 1751, a instancias del canónigo don Diego Valero, que costeó un retablo barroco presidido por una escultura de Santiago Matamoros. A cambio, el capitular pidió enterrarse en ella. Fue entonces cuando se trasladó el lienzo de San Sebastián a la capilla de San Juan Nepomuceno.

A finales del siglo XVIII, en el marco del programa de sustitución de retablos barrocos que abanderó el entonces deán don José Martínez de Mazas, se desmontó la pieza costeada por Valero y se levantó el nuevo retablo neoclásico. La obra fue diseñada por Manuel López, siguiendo un modelo que arranca en el de la capilla de San Eufrasio y que se repite en la de San Fernando.

Los lienzos realizados para él representan a Santiago Matamoros, que se ha sacado del retablo y se ha dispuesto en el lateral izquierdo de la capilla, y la Aparición de la Virgen del Pilar a Santiago. Ambos fueron realizados por Francisco Agustín. En la calle central se ha ubicado el conjunto escultórico que representa a Cristo descendido de la cruz, obra de Víctor de los Ríos (1957). Es uno de los titulares de la Hermandad de la Buena Muerte y procesiona el Miércoles Santo. En el cuerpo inferior del retablo aparecen San Gregorio Nacianceno y Santo Tomás de Villanueva. En los tondos un Ecce Homo y una Dolorosa, ambos de gran calidad. Las esculturas de los apóstoles Tomás y Andrés flanquean la pintura del ático.