Niño Jesús
Anónimo, primera mitad del siglo XVII.
Nombre de Jesús o Circuncisión
Antonio Soriano, ca. 1793.
Desde la consagración del templo en 1660, existió una capilla dedicada al Dulce Nombre de Jesús, concretamente la colateral a la mayor, en el lado del evangelio (la actual de San Fernando). La devoción había sido propagada años antes por el cardenal don Baltasar de Moscoso y Sandoval, que regaló la talla del Niño Jesús, en torno a la cual se instituyó una cofradía formada por los miembros del clero catedralicio. El pequeño retablo que contenía a la imagen del Niño se sustituyó por otro de gran barroquismo que quedaría sin dorar, costeado por el canónigo don Toribio Fernández en 1751.
Con la dedicación de la capilla a San Fernando, la imagen del Niño se trasladó a esta capilla, que tenía doble titularidad: el Cristo de la Columna y San Antón. En ella se levantó el retablo neoclásico que vemos, diseñado por Manuel Martín Rodríguez en 1793, realizado en madera policromada imitando mármoles. Sobre la mesa de altar se dispone la urna con la antigua imagen del Niño Jesús (siglo XVII), repintada a finales del siglo XVIII. Sobre él encontramos el lienzo del Nombre de Jesús o la Circuncisión, obra de Antonio Soriano y en los laterales sendas tallas de José de Medina repolicromadas en blanco. En el frontón del retablo aparece el anagrama de Cristo, alusivo a la advocación de la capilla.
En el lateral derecho se ha ubicado un lienzo que representa a Manuel Lozano Garrido “Lolo”, beatificado en 2010, obra del pintor Francisco Carrillo.
En el lado izquierdo podemos ver una escultura-relicario de San José Oriol, obra de Ramón Amadeu y que llegó a la catedral de manos del chantre Garma en 1807.