La celebración pascual reunió a numerosos fieles en la Catedral de Jaén. Dio comienzo a las diez y media de la noche; noche en la que la luz se abre paso entre la oscuridad. En la que la vida gana la batalla a la muerte, en la que como dice el prefacio: “noche santa, en que nuestro Señor Jesucristo ha pasado de la muerte a la vida”.
El Obispo de Jaén bendecía el fuego en el trascoro, donde comenzó la celebración. Para de él encender el cirio pascual, símbolo de vida y resurrección. Con él encendido, y en procesión, se acercaron hasta el presbiterio, con el templo a oscuras, el Obispo, sacerdotes, diácono y seminaristas. Del cirio se prendieron las velas que fueron iluminando el Templo, mientras se cantó el pregón pascual. También, se leyeron las siete lecturas y los siete salmos que recorren la historia de la salvación. Antes de la proclamación del Evangelio, las campanas voltearon, anunciando que Cristo había resucitado, a la vez que se iluminó la Catedral.
Homilía Don Amadeo comenzó la homilía saludando a las familias de los niños que iban a recibir el Sacramento del Bautismo y pidiéndoles que cuando sean mayores, les recuerden que fueron bautizados la noche que Cristo resucitó. “La noche pascual– explicó el Obispo- estamos tocando la esencia más pura del cristianismo. La Vigilia Pascual es el corazón de la fe”. El Prelado continuó diciendo que “esta es la noche de la alegría, renovemos lo que somos, nuestra condición de hijos de Dios, renovemos que somos hijos y miembros de la Iglesia, ya que en la pila bautismal fuimos incorporados al misterio y a la persona de Cristo, muerto y resucitado”.
Al finalizar la homilía, se bendijo el agua de la pila bautismal y se bautizaron a dos pequeños, Francisco y Valentina. Después, el pueblo fiel renovó sus promesas bautismales y fue asperjado por el Prelado con agua bendita, como símbolo del agua que recibieron en su bautismo.
Las ofrendas fueron presentadas ante el Obispo por los familiares de los niños que habían sido bautizados.
El Obispo culminó la celebración pascual con una bendición solemne y anunciando que los dos diáconos recibirán la ordenación sacerdotal, el próximo 29 de junio, solemnidad de San Pedro y San Pablo.
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La celebración pascual reunió a numerosos fieles en la Catedral de Jaén. Dio comienzo a las diez y media de la noche; noche en la que la luz se abre paso entre la oscuridad. En la que la vida gana la batalla a la muerte, en la que como dice el prefacio: “noche santa, en que nuestro Señor Jesucristo ha pasado de la muerte a la vida”.
El Obispo de Jaén bendecía el fuego en el trascoro, donde comenzó la celebración. Para de él encender el cirio pascual, símbolo de vida y resurrección. Con él encendido, y en procesión, se acercaron hasta el presbiterio, con el templo a oscuras, el Obispo, sacerdotes, diácono y seminaristas. Del cirio se prendieron las velas que fueron iluminando el Templo, mientras se cantó el pregón pascual. También, se leyeron las siete lecturas y los siete salmos que recorren la historia de la salvación. Antes de la proclamación del Evangelio, las campanas voltearon, anunciando que Cristo había resucitado, a la vez que se iluminó la Catedral.
Homilía
Don Amadeo comenzó la homilía saludando a las familias de los niños que iban a recibir el Sacramento del Bautismo y pidiéndoles que cuando sean mayores, les recuerden que fueron bautizados la noche que Cristo resucitó. “La noche pascual– explicó el Obispo- estamos tocando la esencia más pura del cristianismo. La Vigilia Pascual es el corazón de la fe”. El Prelado continuó diciendo que “esta es la noche de la alegría, renovemos lo que somos, nuestra condición de hijos de Dios, renovemos que somos hijos y miembros de la Iglesia, ya que en la pila bautismal fuimos incorporados al misterio y a la persona de Cristo, muerto y resucitado”.
Al finalizar la homilía, se bendijo el agua de la pila bautismal y se bautizaron a dos pequeños, Francisco y Valentina. Después, el pueblo fiel renovó sus promesas bautismales y fue asperjado por el Prelado con agua bendita, como símbolo del agua que recibieron en su bautismo.
Las ofrendas fueron presentadas ante el Obispo por los familiares de los niños que habían sido bautizados.
El Obispo culminó la celebración pascual con una bendición solemne y anunciando que los dos diáconos recibirán la ordenación sacerdotal, el próximo 29 de junio, solemnidad de San Pedro y San Pablo.
Fuente: www.diocesisdejaen.es
Galería Fotográfica: “Vigilia Pascual 2019”