Previstas para el tiempo de Gloria y Pentecostés, la Catedral acogió, el pasado viernes, la primera celebración desde el inicio de la pandemia provocada por la COVID-19. Presididas por el Obispo de Jaén, Don Amadeo Rodríguez Magro, los confirmandos pertenecían a la Parroquia de San Pedro Poveda de Jaén capital. Concelebraron la celebración el párroco de San Pedro Poveda, D. Julio Segurado y el Deán de las Catedrales y Vicario General, D. Francisco Juan Martínez Rojas; como maestro de ceremonias ejerció el canónigo de la Catedral, D. Manuel Carmona.
En el día de Santo Tomás apóstol, y siguiendo las estrictas medidas de seguridad e higiene frente al Coronavirus, el Obispo asperjó con agua bendita al centenar de confirmandos, recordando así, las aguas que recibieron en su bautismo y con el que entraron a formar parte de la familia cristiana.
Las lecturas estuvieron participadas por las catequistas y el Evangelio fue proclamado por el Vicario General y Deán, D. Francisco Juan Martínez Rojas.
Homilía Antes de iniciar su predicación, el párroco de San Pedro Poveda indicó a los confirmandos que permanecieran de pie, recordando ante el Obispo que habían sido preparados para recibir «el Espíritu de la verdad y del amor, el Espíritu de la fortaleza y de la santidad, que les capacite para ser testigos valientes de Cristo en el mundo que les toca vivir y miembros de esta Iglesia en la que han de peregrinar».
El Prelado jiennense comenzó sus palabras diciendo que «éste era un día grande, un día feliz de vuestras vidas». Después, continuó recordando la festividad que se celebraba hoy, Santo Tomás, «tiene mucho que ver con lo que se va a celebrar hoy: la fe, que es lo que os ha traído hasta aquí. La acción de Dios en cada uno de vosotros, en vuestros corazones».
A continuación, Don Amadeo expresó, «Vivir la fe no es fácil, pero tenemos con nosotros la luz, la gracia, la fuerza, la vida, el impulso del Espíritu Santo. Lo que somos como cristianos lo ha hecho en nosotros el Espíritu Santo. Nuestra fe es un don personal de Dios a cada uno de nosotros».
Animó a los jóvenes que participaran en la Eucaristía, «donde se actualiza el misterio de la muerte y resurrección de Cristo, y allí nos vamos realizando como cristianos. Ya que sin la Eucaristía no podemos vivir». A lo que añadió, «hoy, al ser confirmados, recibís una mayor plenitud del Espíritu Santo. Somos morada de Dios en el Espíritu. Dios mismo vivirá para siempre en vosotros, para daros el mayor bien, que es una vida con sentido, con esperanza, con futuro, con santidad, con belleza…, porque un cristiano es aquel que vive en el Espíritu».
Para concluir, el Obispo animó a los jóvenes a «vivir una vida que transparente lo que somos, discípulos misioneros de Cristo, en esta Iglesia que necesita hombres y mujeres que anuncien su Evangelio y un mundo nuevo».
Al finalizar, los confirmandos hicieron la profesión de fe y renovaron las promesas del bautismo. El Obispo impuso sobre ellos las manos, para después, acompañados de sus padrinos, recibir la unción del óleo santo, signo del Sacramento de la Confirmación.
Después de la bendición solemne impartida por el Prelado del Santo Reino, los recién confirmados, se tomaron una foto de familia.
Dado que sólo pudieron asistir seis personas por familia, a causa de las restricciones de aforo, la celebración se pudo seguir en directo en YouTube.
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Previstas para el tiempo de Gloria y Pentecostés, la Catedral acogió, el pasado viernes, la primera celebración desde el inicio de la pandemia provocada por la COVID-19. Presididas por el Obispo de Jaén, Don Amadeo Rodríguez Magro, los confirmandos pertenecían a la Parroquia de San Pedro Poveda de Jaén capital. Concelebraron la celebración el párroco de San Pedro Poveda, D. Julio Segurado y el Deán de las Catedrales y Vicario General, D. Francisco Juan Martínez Rojas; como maestro de ceremonias ejerció el canónigo de la Catedral, D. Manuel Carmona.
En el día de Santo Tomás apóstol, y siguiendo las estrictas medidas de seguridad e higiene frente al Coronavirus, el Obispo asperjó con agua bendita al centenar de confirmandos, recordando así, las aguas que recibieron en su bautismo y con el que entraron a formar parte de la familia cristiana.
Las lecturas estuvieron participadas por las catequistas y el Evangelio fue proclamado por el Vicario General y Deán, D. Francisco Juan Martínez Rojas.
Homilía
Antes de iniciar su predicación, el párroco de San Pedro Poveda indicó a los confirmandos que permanecieran de pie, recordando ante el Obispo que habían sido preparados para recibir «el Espíritu de la verdad y del amor, el Espíritu de la fortaleza y de la santidad, que les capacite para ser testigos valientes de Cristo en el mundo que les toca vivir y miembros de esta Iglesia en la que han de peregrinar».
El Prelado jiennense comenzó sus palabras diciendo que «éste era un día grande, un día feliz de vuestras vidas». Después, continuó recordando la festividad que se celebraba hoy, Santo Tomás, «tiene mucho que ver con lo que se va a celebrar hoy: la fe, que es lo que os ha traído hasta aquí. La acción de Dios en cada uno de vosotros, en vuestros corazones».
A continuación, Don Amadeo expresó, «Vivir la fe no es fácil, pero tenemos con nosotros la luz, la gracia, la fuerza, la vida, el impulso del Espíritu Santo. Lo que somos como cristianos lo ha hecho en nosotros el Espíritu Santo. Nuestra fe es un don personal de Dios a cada uno de nosotros».
Animó a los jóvenes que participaran en la Eucaristía, «donde se actualiza el misterio de la muerte y resurrección de Cristo, y allí nos vamos realizando como cristianos. Ya que sin la Eucaristía no podemos vivir». A lo que añadió, «hoy, al ser confirmados, recibís una mayor plenitud del Espíritu Santo. Somos morada de Dios en el Espíritu. Dios mismo vivirá para siempre en vosotros, para daros el mayor bien, que es una vida con sentido, con esperanza, con futuro, con santidad, con belleza…, porque un cristiano es aquel que vive en el Espíritu».
Para concluir, el Obispo animó a los jóvenes a «vivir una vida que transparente lo que somos, discípulos misioneros de Cristo, en esta Iglesia que necesita hombres y mujeres que anuncien su Evangelio y un mundo nuevo».
Al finalizar, los confirmandos hicieron la profesión de fe y renovaron las promesas del bautismo. El Obispo impuso sobre ellos las manos, para después, acompañados de sus padrinos, recibir la unción del óleo santo, signo del Sacramento de la Confirmación.
Después de la bendición solemne impartida por el Prelado del Santo Reino, los recién confirmados, se tomaron una foto de familia.
Dado que sólo pudieron asistir seis personas por familia, a causa de las restricciones de aforo, la celebración se pudo seguir en directo en YouTube.
(Fuente: www.diocesisdejaen.es)
Galería fotográfica: «Confirmaciones en la Catedral de San Pedro Poveda»