Como cada año, en el mes de noviembre, la Diócesis celebra una Eucaristía por el alma de los sacerdotes fallecidos a lo largo del último año.
En concreto, este año, tuvo lugar el viernes, 8 de noviembre en el Sagrario de la Santa Iglesia Catedral de Jaén. Presidida por el Obispo diocesano, Don Amadeo Rodríguez Magro y concelebrada por una veintena de sacerdotes, en ella se recordó al que fuera Obispo de Jaén entre los años 1988-2004, Monseñor Santiago García Aracil, y a los presbíteros, D. José Antonio Balboa, D. Miguel Navas, D. Pedro Martos, D. Fernando Nieto, D. Tomás Jurado, D. Francisco Calleja y D. Cosme Sánchez que partieron hacia la casa del Padre desde noviembre del pasado 2018.
Asimismo, asistieron familiares y amigos de los sacerdotes difuntos y los miembros de la Curia diocesana.
Don Amadeo afirmó «que tu siervos, los sacerdotes ante ti hoy recordados, lleguen a disfrutar en plena luz los misterios que administraron en la fe mientras vivían». Del mismo modo, el Obispo expresó que ante los presbíteros difuntos hay que tener «memoria agradecida, recordando la vida y la labor pastoral que desarrollaron. Porque ellos se dedicaron, en nombre del Señor, a dar la felicidad, a dar la paz, a sembrar el bien y sembrar vida y vida eterna. Es una entrañable costumbre de esta Iglesia diocesana que cada año tengamos memoria para los que ya no están».
Hoy hacemos algo piadoso y santo, rezar por los difuntos, afirmó el Prelado, que ojalá no desapareciera nunca de la Iglesia ni de las costumbres de los fieles. En este sentido, Don Amadeo recordó que «esta Iglesia militante tiene que vivir en esa piedad, sabiendo que nuestra oración se convierte realmente en la participación del misterio de Cristo».
Acabó sus palabras encomendando el alma de los presbiterios y del obispo fallecido ante el amor misericordioso de Dios.
Tras la Santa Misa, Don Amadeo quiso saludar y tener un gesto de cariño con todos los familiares y amigos de los sacerdotes difuntos allí presentes.
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Como cada año, en el mes de noviembre, la Diócesis celebra una Eucaristía por el alma de los sacerdotes fallecidos a lo largo del último año.
En concreto, este año, tuvo lugar el viernes, 8 de noviembre en el Sagrario de la Santa Iglesia Catedral de Jaén. Presidida por el Obispo diocesano, Don Amadeo Rodríguez Magro y concelebrada por una veintena de sacerdotes, en ella se recordó al que fuera Obispo de Jaén entre los años 1988-2004, Monseñor Santiago García Aracil, y a los presbíteros, D. José Antonio Balboa, D. Miguel Navas, D. Pedro Martos, D. Fernando Nieto, D. Tomás Jurado, D. Francisco Calleja y D. Cosme Sánchez que partieron hacia la casa del Padre desde noviembre del pasado 2018.
Asimismo, asistieron familiares y amigos de los sacerdotes difuntos y los miembros de la Curia diocesana.
Don Amadeo afirmó «que tu siervos, los sacerdotes ante ti hoy recordados, lleguen a disfrutar en plena luz los misterios que administraron en la fe mientras vivían». Del mismo modo, el Obispo expresó que ante los presbíteros difuntos hay que tener «memoria agradecida, recordando la vida y la labor pastoral que desarrollaron. Porque ellos se dedicaron, en nombre del Señor, a dar la felicidad, a dar la paz, a sembrar el bien y sembrar vida y vida eterna. Es una entrañable costumbre de esta Iglesia diocesana que cada año tengamos memoria para los que ya no están».
Hoy hacemos algo piadoso y santo, rezar por los difuntos, afirmó el Prelado, que ojalá no desapareciera nunca de la Iglesia ni de las costumbres de los fieles. En este sentido, Don Amadeo recordó que «esta Iglesia militante tiene que vivir en esa piedad, sabiendo que nuestra oración se convierte realmente en la participación del misterio de Cristo».
Acabó sus palabras encomendando el alma de los presbiterios y del obispo fallecido ante el amor misericordioso de Dios.
Tras la Santa Misa, Don Amadeo quiso saludar y tener un gesto de cariño con todos los familiares y amigos de los sacerdotes difuntos allí presentes.
Galería Fotográfica: «Eucaristía por los sacerdotes difuntos»
(Fuente: wwwdiocesisdejaen.es)