Desde el 9 de diciembre la Cruz de Lampedusa recorría en peregrinación la Diócesis de Jaén. El pasado domingo, 22 de diciembre, el Obispo de Jaén, Don Amadeo Rodríguez Magro, presidía la Eucaristía de despedida de la Cruz que partía, esa misma mañana, con destino a la Diócesis de Malága.
Dicha Eucaristía, que comenzaba a las 12 horas, en la S.I. Catedral de Jaén, estuvo concelebrada, además, por el Vicario General y Deán de la Catedral, D. Francisco Juan Martínez Rojas, y otros miembros del Cabildo Catedral, así como el Director del Secretariado de la Diócesis, D. Jesús Castro, y un sacerdote de la Delegación de Migraciones de Málaga.
Asimismo, estuvieron presentes miembros del Secretariado de Migraciones y de Cáritas Diocesana, así como otros fieles que quisieron acercarse hasta la Catedral para poder venerar esta Cruz bendecida por el Papa Francisco.
Fueron los diversos miembros del Secretariado de Migraciones los encargados de las lecturas, la oración de los fieles y las ofrendas. El Evangelio fue proclamado por D. Jesús Castro. La capilla musical corrió a cargo del grupo cristiano Mabelé.
Homilía
Durante la homilía, nuestro Obispo, Don Amadeo, quiso hacer hincapié en la Cruz de Lampedusa, protagonista de esa Santa Misa en el IV domingo de Adviento. Así, explicó que “se trata de una Cruz hecha con dos trozos de una de las muchas barcas que llegan a Lampedusa, una isla italiana cercana a Siria. Como saben, el mar unos días está más por la labor, pero en la mayoría de los casos no es así, por lo que allí mueren miles y miles de personas”. Y añadió: “Hace pocos días escuchaba que el Papa Francisco hablaba del Mediterráneo como el gran cementerio del mundo, aunque hay otros lugares donde muchos hermanos nuestros pierden la vida”.
El Obispo continuó subrayando que el Papa, tras bendecir la Cruz de Lampedusa, pidió que recorriera el mundo. “Ha recorrido ya Italia y está recorriendo España. Ahora ha estado en nuestra Diócesis de Jaén. Y esta cruz viene a decirnos que seamos solidarios, que no seamos indiferentes y, sobre todo, viene a decirnos que veamos a Jesucristo en ella. Un Jesucristo que tiene el rostro de esos niños, ancianos, mujeres, hombres… de tantos miles y miles de persona, que pierden la vida en esas travesías”.
Monseñor Rodríguez Magro insistió, además, en la necesidad de poner nuestra fe en Cristo y ver su rostro en el de nuestros hermanos los migrantes. “Muchos de vosotros se preguntarán, y yo, ¿qué tengo que hacer? Pues no hagan otra cosa que poner fe en Cristo Jesús, en un Cristo que ama al hombre y que da la vida por nuestra salvación. Y pónganle el rostro de estos hermanos. Que no solo le pongamos el rostro de nuestros Cristos, aquellos a los que tanto veneramos y llevamos grabados en nuestro corazón, con Nuestro Padre Jesús. El rostro de Cristo en esta Cruz es la de esos hombres y mujeres que vienen de esos países donde no encuentran lo que necesitan para vivir dignamente”.
“En este IV domingo de Adviento, amando a Cristo y viendo a nuestros hermanos en la cruz de Cristo, seguro que encontramos la paz y la alegría que viene a traernos en la Navidad. Que así sea”, finalizaba.
La celebración eucarística culminaba con la oración del Papa a la Cruz de Lampedusa y la procesión hasta la puerta de la Catedral, desde donde partió hacia la Diócesis de Málaga, custodiada por varios miembros de la Delegación de Migraciones, que se trasladaron hasta Jaén con este propósito.
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Desde el 9 de diciembre la Cruz de Lampedusa recorría en peregrinación la Diócesis de Jaén. El pasado domingo, 22 de diciembre, el Obispo de Jaén, Don Amadeo Rodríguez Magro, presidía la Eucaristía de despedida de la Cruz que partía, esa misma mañana, con destino a la Diócesis de Malága.
Dicha Eucaristía, que comenzaba a las 12 horas, en la S.I. Catedral de Jaén, estuvo concelebrada, además, por el Vicario General y Deán de la Catedral, D. Francisco Juan Martínez Rojas, y otros miembros del Cabildo Catedral, así como el Director del Secretariado de la Diócesis, D. Jesús Castro, y un sacerdote de la Delegación de Migraciones de Málaga.
Asimismo, estuvieron presentes miembros del Secretariado de Migraciones y de Cáritas Diocesana, así como otros fieles que quisieron acercarse hasta la Catedral para poder venerar esta Cruz bendecida por el Papa Francisco.
Fueron los diversos miembros del Secretariado de Migraciones los encargados de las lecturas, la oración de los fieles y las ofrendas. El Evangelio fue proclamado por D. Jesús Castro. La capilla musical corrió a cargo del grupo cristiano Mabelé.
Homilía
Durante la homilía, nuestro Obispo, Don Amadeo, quiso hacer hincapié en la Cruz de Lampedusa, protagonista de esa Santa Misa en el IV domingo de Adviento. Así, explicó que “se trata de una Cruz hecha con dos trozos de una de las muchas barcas que llegan a Lampedusa, una isla italiana cercana a Siria. Como saben, el mar unos días está más por la labor, pero en la mayoría de los casos no es así, por lo que allí mueren miles y miles de personas”. Y añadió: “Hace pocos días escuchaba que el Papa Francisco hablaba del Mediterráneo como el gran cementerio del mundo, aunque hay otros lugares donde muchos hermanos nuestros pierden la vida”.
El Obispo continuó subrayando que el Papa, tras bendecir la Cruz de Lampedusa, pidió que recorriera el mundo. “Ha recorrido ya Italia y está recorriendo España. Ahora ha estado en nuestra Diócesis de Jaén. Y esta cruz viene a decirnos que seamos solidarios, que no seamos indiferentes y, sobre todo, viene a decirnos que veamos a Jesucristo en ella. Un Jesucristo que tiene el rostro de esos niños, ancianos, mujeres, hombres… de tantos miles y miles de persona, que pierden la vida en esas travesías”.
Monseñor Rodríguez Magro insistió, además, en la necesidad de poner nuestra fe en Cristo y ver su rostro en el de nuestros hermanos los migrantes. “Muchos de vosotros se preguntarán, y yo, ¿qué tengo que hacer? Pues no hagan otra cosa que poner fe en Cristo Jesús, en un Cristo que ama al hombre y que da la vida por nuestra salvación. Y pónganle el rostro de estos hermanos. Que no solo le pongamos el rostro de nuestros Cristos, aquellos a los que tanto veneramos y llevamos grabados en nuestro corazón, con Nuestro Padre Jesús. El rostro de Cristo en esta Cruz es la de esos hombres y mujeres que vienen de esos países donde no encuentran lo que necesitan para vivir dignamente”.
“En este IV domingo de Adviento, amando a Cristo y viendo a nuestros hermanos en la cruz de Cristo, seguro que encontramos la paz y la alegría que viene a traernos en la Navidad. Que así sea”, finalizaba.
La celebración eucarística culminaba con la oración del Papa a la Cruz de Lampedusa y la procesión hasta la puerta de la Catedral, desde donde partió hacia la Diócesis de Málaga, custodiada por varios miembros de la Delegación de Migraciones, que se trasladaron hasta Jaén con este propósito.
Galería fotográfica: «Misa de despedida de la Cruz de Lampedusa en la Diócesis»
(Fuente: www.diocesisdejaen.es)