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PRESENTACIÓN DE LA RESTAURACIÓN DE UN CRUCIFICADO

Guido Reni (1575-1642) fue uno de los pintores italianos cuya obra tuvo una mayor difusión en Europa y de forma especial en España. Una realidad que ya constatara el profesor Pérez Sánchez y que ilustra la alta consideración y admiración que generó, no solo entre sus contemporáneos, que lo tomaron con frecuencia como fuente de inspiración, sino también para artistas de generaciones posteriores. Fueron numerosas las copias que, bien extraídas de originales o de grabados, conformaron las colecciones cortesanas y religiosas. Las representaciones de la Virgen con el Niño, el Eccehomo y la Dolorosa, fueron de las más conocidas, junto a las de determinados santos. Aunque habría que sumar también sus Crucificados, en especial el de San Lorenzo in Lucina de Roma.

Una copia de este Último se conserva en la Catedral de Jaén, templo que asimismo posee otras copias del artista bolones. La intervención llevada a cabo sobre la obra, ha puesto de relieve la gran calidad de la misma, oculta por el mal estado de conservación en el que se encontraba. La magnífica representación anatómica, el cuidado rostro, o la fidelidad que la iluminación y color mantienen con respecto al original romano, nos están indicando que su autor pudo tener un contacto directo con el lienzo de Guido Reni. De este modo se abriría una nueva hipótesis sobre su forma de entrada en la Catedral de Jaén, a través del comercio artístico entre España e Italia.

RESTAURACIÓN

Tras la eliminación de abundantes depósitos de suciedad superficial se acometió la fijación de la capa pictórica con el habitual empapelado o facing. Las deformaciones del lienzo fueron corregidas mediante papel kraft para, acto seguido, subsanar rotos y lagunas de tejido con la colocación de injertos y parches.

Las grandes dimensiones de la obra indujeron a pensar que no sería suficiente la colocación de bandas perimetrales, por lo que se optó por realizar un entelado flotante. Las características y estado de conservación del bastidor original no aconsejaban su mantenimiento, de ahí que haya sido reemplazado por uno más adecuado de carácter móvil -conocido como de tipo francés-, que permitirá su correcta expansión gracias al empleo de cunas.

En lo que respecta al barniz envejecido, su limpieza físico–mecánica ha sacado a la luz interesantes matices que permanecían ocultos restando calidad a la obra. Por último, tras el estucado y nivelado de lagunas, se llevó a cabo la reintegración cromática con acuarela y pigmentos al barniz que quedaron convenientemente protegidos con la incorporación de un último estrato de barniz pulverizado.

La intervención ha sido llevada a cabo por Néstor Prieto Jiménez, restaurador de la S.I. Catedral de Jaén, de octubre de 2011 a febrero de 2012. En todo el proceso se han seguido los criterios actuales de reversibilidad, inocuidad y diferenciación de materiales.