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Antonio José Blanca es, desde hoy, servidor de la Palabra y de la mesa de los pobres

Imagen atípica la de esta mañana en la Catedral de Jaén durante la ordenación como diácono del seminarista, Antonio José Blanca Ortega. Con un templo casi vacío, debido a las medidas sanitarias para prevenir el contagio de la COVID-19, ha tenido lugar esta celebración, en la que Antonio José ha estado arropado por más de una treintena de sacerdotes diocesanos. Quienes no han podido estar presentes, a causa de la normativa frente al Coronavirus, han sido sus paisanos y fieles de la Parroquia de San Pedro de Torredonjimeno a la que pertenece el joven.

El que no ha podido ordenarse como diácono permanente ha sido Francisco José Cano, natural de Andújar. Ya que el confinamiento perimetral han impedido que ni él ni su familia pudieran trasladarse a Jaén para el acto.

A las 11 de la mañana daba comienzo la procesión claustral desde la Sacristía. Precedía el cortejo la cruz procesional y los seminaristas, a la que seguía el aspirante a diácono y el Obispo.

Las lecturas elegidas para la celebración eucarística han sido leídas por familiares del seminarista toxiriano, y por un compañero seminarista. El rector del Seminario, D. Juan Francisco Ortiz ha sido el encargado de proclamar el Evangelio de Lucas. Al término, el Canciller Secretario, D. Antonio Javier Cañada, ha llamado al candidato a recibir la orden del diaconado para ser presentado por el Rector ante el Obispo y ante el pueblo de Dios presente en la Catedral. A los pies del presbiterio se ha situado Antonio José, mientras el rector del Seminario ha pedido al Obispo la ordenación del seminarista como diácono y que el Prelado jiennense ha aceptado.

Homilía

El Obispo de Jaén, Don Amadeo Rodríguez Magro ha querido comenzar su predicación subrayando la alegría de la Iglesia de Jaén por esta ordenación de un nuevo diácono. “Estamos alegres por lo que el Señor va a hacer en ti”, afirmó el Prelado.

Del mismo modo, quiso poner de relieve “lo esencial de tu vida, de la vida que vas a llevar con la consagración del diaconado”. En este sentido explicó que en el momento que la sociedad mundial está viviendo a causa del Coronavirus, “nos debe hacer fieles a lo esencial”. Por lo que el Obispo jiennense expresó, “lo esencial de tu vida es que resplandezca en ti un tipo de vida evangélico, un liderazgo como pastor, una pureza sin tacha y observancia en tu vida espiritual”.

Don Amadeo, dirigiéndose a aspirante a diácono le dijo, “todo esto lo recibes porque eres un elegido y un enviado. Ese envío es directo de quién te ha elegido. No se te olvide esto”.

A la vez, el Prelado jiennense afirmó que “a veces, pudiera dar la impresión de que lo que vas a recibir lo has logrado por tu propia voluntad, pero no estás aquí solamente por tu propia voluntad”. Asimismo, le animó a que esa respuesta libre, dócil y humilde que le ha dado al Señor, “está siempre acompañada por Él”.

En este sentido dijo del futuro diácono, “eres un llamado y enviado que por tu opción libre estarás dispuesto a lo que el Señor te pida impulsado, siempre por la creatividad del Espíritu Santo. A partir de ahora, todo lo q te suceda, debes tratarlo antes con el Señor. Él te guiará a través de la oración y debes siempre contar con la guía del Obispo”.

Haciendo referencia a textos antiguos, Monseñor Rodríguez Magro recordó que “el diácono es oreja, corazón y alma del obispo”, lo que explicó como una vinculación especial desde este día con el Pastor diocesano: “Es el Señor quien os elige servidores de la Iglesia bajo la guía del obispo”, apuntó Don Amadeo.

A la vez, el Prelado animó al joven a preguntar al Señor cada día, “Señor, qué quieres de mí”.

En referencia al Evangelio proclamado, el Obispo animó a Antonio José a ser sal y luz: “Tendrás que salar y alumbrar en este mundo nuestro frágil y dolorido… Un mundo que pierde la alegría y la ilusión. Y recuerda que la sal y la luz que ofrezcas la tienes que obtener de la gloria de Dios”.  En este sentido, aludió a la entrega a Cristo y la vida en santidad. “Sólo el amor sincero llena el corazón. La fuente donde cultivarás tu ministerio, el Evangelio. La palabra de Dios como fuente de enriquecimiento y santidad. Para tu vida y para los que acompañas”.

Don Amadeo quiso en su prédica recordar que el diaconado y el posterior sacerdocio son un “gran regalo que le ha hecho el Señor”. Toda vez que le recordó que su vida y su labor diaconal estará marcado por la caridad: “Este es un tesoro del que solo se puede gozar con la llave de la pobreza de corazón y de vida”. Por lo que lo animó a abrazar la Cruz, a permanecer al pie de la Cruz, “y llegarás con actitud de servicio a los pobres que es el ser de tu ministerio”, concluyó el Obispo de Jaén.

El rito de la ordenación de diácono

Después de la homilía, el aspirante a diácono ha subido al presbiterio para ser interrogados por el Obispo y a la vez prometer sus nuevos compromisos con la Iglesia: obediencia al Obispo, castidad. El Obispo ha impuesto las manos sobre su cabeza, y a continuación, Antonio José Blanca se han postrado en el suelo, delante de la mesa de altar, mientras en el Templo de Vandelvira se cantaban las letanías. Momentos de recogimiento profundo en el que se ha pedido la intercesión de los santos para este nuevo diácono.

El que ha sido su párroco durante años, D. Andrés López Ángeles, se ha encargado de revestirlo con la dalmática, para una vez revestido, postrarse ante el Obispo quien le ha hecho entrega del Evangeliario como signo de este ministerio.

Cuando ha concluido la plegaria de ordenación, Antonio José ha participado en el servicio del altar de la celebración eucarística y ha dado la Comunión a los fieles que lo han acompañado.

Austera y emotiva, con calor de las personas que estaban en la Catedral, pero también con las que lo han seguido a través de Vivir Jaén-Canal 7 y las Redes Sociales.

Al concluir, el Obispo y el nuevo diácono se han tomado una foto de familia.

Galería fotográfica: «Ordenación como diácono de Antonio José Blanca Ortega»

Vídeo de la celebración

(Fuente: www.diocesisdejaen.es)